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MALDITO SEA ELHOMBRE QUE CONFÍA EN EL HOMBRE

(UN PROJET D'ALPHABÉTISATION)

de Angélica Liddell

 

Trabajo dePrácticas con los alumnos de 4GAE de la escuela TAI

Sobre Maldito sea el hombre que confía en el hombre: un projet d’alphabétisation de Angélica Lidell.

 

El teatro de Angélica Lidell es, tanto en su dimensión escénica como en la literaria, un referente indispensable en la actualidad. Todo parece indicar que su producción se hará un hueco en la historia del teatro contemporáneo. Para ello, quizá sólo falte que sus textos, surgidos de una radical intimidad, sean capaces de soportar y provocar diferentes lecturas escénicas. Y es lo que se ha pretendido al plantear y trabajar sobre uno de los últimos textos de la autora, Maldito sea el hombre que confía en el hombre: un projet d’alphabétisation, utilizar el texto para proponer una lectura particular (nunca definitiva) del mismo. Una lectura, o interpretación, que se ha conformado a partir de las diversas aportaciones que surgen del y en el grupo de trabajo.

Porque sólo entiendo la creación teatral como un dialogo constante -no siempre nacido del logos-, un diálogo con el cuerpo puesto en acción, un intercambio de experiencias y vivencias que, enmarcado en un determinado contexto lúdico, encuentre su sentido y su razón de ser en un provocador ejercicio de generosidad. Porque no entiendo otra forma de ensayar que no se fundamente en poner sobre las tablas y compartir con extrema generosidad nuestra propia sensibilidad, escudriñando la consecución de un fin común. Y para ello es necesario prestar ciegamente cuerpo y alma, anhelos y frustraciones, sueños y pesadillas. Porque todo ello suma en el proceso de crear esa síntesis, ese engendro único con nombre y apellidos, que es un montaje teatral, común y sin embargo nuevo, mejor que cada una de nuestras expectativas personales. Porque en él se materializa un consenso. Se participa de una visión colectiva, más rica y compleja que la individual. Y porque en definitiva, toda esa experiencia resulta profundamente humana.

El universo de Angélica Lidell es oscuro, profundo, irreverente, desgarrado y nada complaciente. Se enfrenta a sus propios demonios y los plasma sobre el papel y el escenario a modo de testimonio. Sin embargo sus textos, incluso los más lúcidamente descorazonadores, desbordan una vitalidad aberrante, que al encarnarse nos emociona como si estuviéramos asistiendo al renacer de algo que creíamos extinto. Y ese vitalismo desesperado es el protagonista de esta experiencia teatral. La obra, como su propio título anuncia, trata entre otros temas, de la desconfianza en el ser humano. La paradoja -otra entre tantas que definen lo teatral-, es que ha sido necesaria mucha confianza por parte de los alumnos para poder tratar con la desconfianza.

No quiero acabar esta suerte de epitafio que son las notas sobre montajes sin  agradecer a la TAI por la oportunidad y la confianza, a Lola, a Lorena por su tesón y complicidad y sobre todo a todos los alumnos de las Prácticas por su confianza, valentía e ilusión en el trabajo.

 

Víctor Velasco

Unknown Track - Unknown Artist
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